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C.Prácticos.

Cómo calcular las horas de luz restantes

Conocer la hora de la puesta de sol es muy importante a la hora de realizar una larga ruta de montaña, pero si no nos hemos informado previamente de este dato y vemos que las horas de luz nos pueden venir cortas, hay una manera muy fácil de hacernos una idea aproximada.

Levanta la mano, apunta hacia la puesta de sol, y calcula el número de dedos que hay entre el horizonte y el sol. Cada dedo será aproximadamente un cuarto de hora de luz, por lo que sólo tendremos que hacer la cuenta. Es cierto que cuanto más cerca de los polos estés, más imprecisa será la lectura (será mas larga).

Horas de luz restantes

Cómo se miden las precipitaciones en meteorología

La meteorología es un factor muy importante de cara a nuestras salidas a la montaña, de ahí que sea necesario saber interpretar correctamente esa información. En este artículo nos vamos a centrar en cómo se miden las precipitaciones.

Las precipitaciones, ya sean en forma de lluvia, granizo o nieve, se pueden medir tanto en mm como en l/m2, y ambas medidas van a coincidir, es decir:

1 mm = 1 l/m2

  • mm (milímetros). Equivale a la altura que el agua de lluvia formaría sobre una superficie plana e impermeable.
  • l/m2 (llitros por metro cuadrado). Equivale a los litros de agua de lluvia caídos en una superficie cuadrada de una longitud de un metro por cada lado.
  • ¿Por qué son equivalentes? Porque un litro en un cubo de un metro de ancho y un metro de largo ocupa en volumen exactamente un mm de altura. Sólo hay que pensar en que, como es habitual conocer, un cubo de 1 metro cúbico (un metro de alto, uno de ancho y uno de alto) tiene una capacidad de 1000 litros. Si un metro de altura son 1000 milímetros (mm), entonces 1 mm corresponderá, por tanto, a un litro.

Las precipitaciones en forma de nieve también se suelen medir en cm (centímetros), que equivale a la altura de la nieve caída sobre una superficie plana e impermeable. Se considera que, aproximadamente, el espesor de la nieve es 10 veces el del agua. Por tanto, 1 cm de nieve equivale a 1 mm de agua, aunque esto puede variar de 0,5 a 2 mm en función de la densidad de la nieve.

1 cm nieve ≈ 1 mm lluvia

Lluvia

 

 

CONSEJOS PARA IR AL MONTE CON SEGURIDAD

¿Qué hacer ante una tormenta eléctrica?

Las tormentas son uno de los fenómenos más peligrosos y una de las emergencias más habituales a las que alguna vez debemos hacer frente los excursionistas y montañeros. Por ello, es importante conocer cómo debemos prevenirlas y saber reaccionar en caso de que nos veamos envueltos en una.El peligro de una tormenta, viene derivado tanto de los rayos, las trombas de agua, la crecida de ríos y arroyos, como de los posibles desprendimientos que se pudieran producir. Sin duda, la mejor manera de evitar el riesgo es precisamente evitar la tormenta. A continuación daremos una serie de consejos que nos ayudarán a prevenir esta situación.

Lo primero que hay que hacer es revisar los partes meteorológicos antes de salir de casa y no partir hacia media o alta montaña con riesgo claro de tormenta. A pesar de que las previsiones sean favorables, lo cierto es que en determinadas épocas del año la tormenta puede sobrevenir sin previo aviso.

Si observamos que el cielo oscurece, el viento arrecia o si se escuchan truenos estaremos ante indicadores claros que presagian tormenta. En tal caso conviene dirigirse inmediatamente a un lugar seguro. La época de verano es muy proclive a que se produzcan tormentas repentinas, sobre todo en días calurosos y en la montaña. Lo más probable es que se produzcan a partir de las 4 de la tarde. Así que si estamos bajo estas circunstanciasdeberemos de estar más atentos.

Qué no hacer ante una tormenta – Nunca se debe correr y menos si nos encontramos mojados. Esto es muy peligroso ya que crea una turbulencia en el aire y una zona de convección que puede atraer el rayo. – Debemos apagar los aparatos electrónicos que llevemos encima (móviles, cámaras de foto, emisoras, GPS, etc.). Ya que los campos electromagnéticos que producen son un buen catalizador para las descargas. – Debemos retirarnos de todo lugar alto: cumbre, cima, loma…, y buscar refugio en zonas bajas no propensas a inundarse o recibir trombas de agua. – Debemos deshacernos de todo material metálico (piolets, bastones, mochilas con armazón, palas, azadones, rastrillos, palos de golf, paraguas, herramientas…) y depositarlo a más de 30 metros de distancia. – Nunca refugiarse debajo de un árbol o una roca o elementos prominentes solitarios. Un árbol solitario por su humedad y verticalidad aumenta la intensidad del campo eléctrico. En cambio un bosque, aunque sea pequeño, puede ser un buen refugio. Cobijarse debajo de los árboles de menor altura. – Alejarse y no refugiarse en pequeños edificios aislados como graneros, chozas, cobertizos…; las tiendas de campaña tampoco son seguras. – La posición de seguridad más recomendada es de cuclillas, lo más agachado posible, con las manos en las rodillas, tocando el suelo sólo con el calzado. Esta posición nos aislará en buena medida al no sobresalir sobre el terreno. No debemos echarnos en horizontal sobre el suelo. – El mejor sitio para refugiarse a la intemperie durante una tormenta es un vehículo cerrado. Dentro debemos apagar el motor, bajar la antena de la radio y desconectarla, cerrar las ventanillas y las entradas de aire. En caso de caída de un rayo el vehículo se cargará sólo por el exterior mientras que el interior quedará intacto, fenómeno conocido como “Jaula de Faraday”.

Primeros auxilios ante una tormenta eléctrica A pesar de que ha habido bastantes casos en los que afectados por caídas de rayos han salido ilesos, lo más normal es que se produzcan lesiones de diversa consideración y, con muchas posibilidades, incluso la muerte instantánea. Es importante tener muy claro que debemos hacer si una persona es alcanzada por un rayo. A continuación le dejamos unas pautas de primeros auxilios: – La descarga eléctrica no permanece en la persona afectada por lo que puede atenderse con total tranquilidad y de forma inmediata. – Si la persona está inconsciente debemos comprobar si tiene pulso y respiración. – Si tiene pulso pero no respiración, debemos empezar la respiración boca a boca. – Si no tiene pulso, comenzar las maniobras de resucitación cardiopulmonar. – Las personas que sufren parada cardiorespiratoria por un rayo tienen mayor probabilidad de salir de la misma que la que se debe por otras causas, por lo que es de máxima prioridad comenzar la reanimación cuanto antes. – Adicionalmente debemos comprobar si existen otras lesiones como por ejemplo fracturas. En caso de sospecha de fractura vertebral evite todo movimiento. – Las quemaduras deben buscarse principalmente en los dedos de manos y pies y en zonas próximas a hebillas, joyas, medallas, etc. – Lo normal es que haya dos zonas que presenten quemaduras, correspondientes a las de entrada y salida de la corriente eléctrica. – Mantenga caliente a la víctima hasta la llegad de los equipos de emergencias. – Si una persona alcanzada por un rayo se muestra tan solo aturdida y no parece presentar heridas de importancia, aun así debe recibir asistencia médica para valorar el impacto del rayo en el organismo.

Cómo usar y mantener tu saco de dormir.

El saco de dormir es el elemento que va a permitirnos pasar una noche confortable en la montaña, ya sea en una tienda de campaña, refugio o vivaqueando, haciendo que la temperatura de nuestro cuerpo se mantenga en los límites adecuados para poder conseguir un sueño placentero y reparador para continuar nuestra actividad al día siguiente con las suficientes fuerzas. A continuación queremos comentaros algunos consejos para obtener el máximo provecho del saco de dormir y cómo mantenerlo para que nos dure el máximo tiempo posible.

Si tenéis alguna duda sobre las características de los sacos de dormir o cómo funcionan realmente, os recomendamos que leáis previamente el artículo Características de un saco de dormir.

Saco de dormir

¿Cómo dormir en el saco?

  • El primer paso es preparar el lugar donde vamos a extender el saco de dormir. Para ello utilizaremos un aislante o un autohinchable, para así evitar el contacto directo con el suelo, ya que perderíamos mucho calor por conducción. Si vamos a dormir en la nieve, puede que tengamos que introducir más capas en medio, como la mochila, chaquetas, material, etc, todo para conseguir estar lo más retirados de la misma. Si además son varias noches seguidas en el mismo lugar, la posición que tengamos la primera noche será la que nos acompañe el resto, ya que la nieve de debajo nuestra se congelará con esa forma.
  • Una vez tengamos la superficie preparada, sacaremos el saco de dormir y lo agitaremos bien para que se vayan separando las fibras o las plumas y éste aumente de volumen.
  • A la hora de introducirnos en el saco es muy importante que la ropa que tengamos puesta se encuentre completamente seca, ya que la humedad hace que el frío aumente dentro del saco. También debemos introducirnos en él mientras aún nos encontremos con una temperatura corporal agradable, ya que si lo hacemos con una sensación de mucho frío nos costaría más entrar en calor. Recuerda que somos nosotros los que calentamos el interior del saco de dormir, y no al revés. Tomar una sopa o infusión caliente nos ayudará a recuperar el calor corporal antes de introducirnos en el saco.
  • La cantidad de ropa que usemos dentro del saco es una elección personal, ya que cada uno se comporta de manera diferente, y así tendremos que ir probando hasta encontrar la combinación que más agusto nos haga estar, en cada condición. Lo que sí es importante es dormir con ropa no muy ajustada, ya que esta dificulta el riego sanguíneo por las capas más externas de la piel y, en consecuencia, dificulta la ganancia de temperatura.
  • El uso de un saco sábana es recomendable para evitar la suciedad en el interior del saco de dormir, además de aumentar en unos 5ºC la temperatura del interior en noches de mucho frío. Los hay de diversos tejidos. Los de algodón tienen el inconveniente de su pobre manejo de la humedad, pero, dado que es para dormir (transpiramos y trasegamos humedad pero no debemos estar sudando) puede servir. Aunque es barato, no se suelen usar debido a su mayor peso. Por su parte, los de seda son muy ligeros, cálidos, agradables al tacto, y transpirables. Sin embargo, son más caros.

Saco sábana de Altus

Saco sábana de Altus

  • En noches con temperaturas próximas o por debajo de los 0ºC, suele introducirse en el interior del saco los calcetines, camisetas, polares,… para que se sequen rápido (del sudor) y evitar la congelación. También es recomendable introducir el móvil, GPS, o cualquier aparato electrónico que pueda sufrir daños con las temperaturas bajas. Además, si hemos derretido nieve para preparar agua para el día siguiente, un buen consejo es meter el bidón con el agua caliente dentro del saco para aprovechar su calor.
  • Aunque se cree que la cabeza es el punto del cuerpo que más calor pierde, no es así. Sin embargo, sí es cierto que en el cuello y cabeza hay mayor concentración de células nerviosas, lo que provoca que estas zonas sean cinco veces más sensibles a los cambios de temperatura. Por tanto, se trata de una parte importante que tendremos que abrigar por medio de la capucha del saco. Además, el uso de un gorro de lana podría ayudarnos en esta labor.
  • El último paso es cerrar la cremallera, ajustar el collarín y la capucha, e intentar descansar lo máximo posible para recuperar todas las fuerzas posibles. Podemos aprovechar la mochila o cualquier otra prenda externa y usarla como almohada para dormir más confortables. Y si el calor aumenta demasiado, siempre tendremos la oportunidad de sacar un brazo, o abrir un poco las cremalleras para dejar escapar el calor acumulado.

 

¿Cómo recoger y transportar el saco de dormir?

  • Lo más importante a la hora de recoger el saco de dormir tras su uso es que éste se encuentre completamente seco, aunque esto no siempre lo podemos conseguir, sobretodo si nos levantamos con mal tiempo. La recomendación es airearlo lo máximo posible antes de guardarlo, aunque sea en el interior de la tienda, y así que no nos lo encontremos húmedo a la noche siguiente.
  • Introducir el saco de dormir en su funda de compresión es el proceso que más daña las fibras o plumas del saco. Por tanto, lo haremos siempre de una manera diferente, empujándolo en el interior de su funda sin seguir ningún patrón específico de doblado. Usaremos la funda de comresión únicamente durante el transporte del saco en rutas, y nunca para almacenarlo en casa.
  • Para transportarlo, es importante que su funda sea impermeable, por si nos llueve o nieva y a nuestra mochila le entra agua.

 

¿Cómo limpiar y guardar el saco de dormir largas temporadas?

  • El proceso de limpiado es muy delicado, ya que de no hacerlo correctamente podría perder sus propiedades, incluso romperlo completamente. En el caso de un saco de dormir barato no hay problema, pero si nuestro saco es de alta montaña y nos hemos gastado una gran cantidad de dinero en él, puede que no nos haga mucha gracia estropearlo. De ahí que no vayamos a daros consejos para su limpiado ni lavado. Os recomendamos que leáis la etiqueta o instrucciones del saco para saber cómo actuar, o poneros en contacto con el fabricante del mismo y os aconseje. En la mayoría de las páginas webs de los fabricantes existe un apartado dedicado a tal fin.
  • Lo que sí podemos hacer sin temor a dañar el saco es limpiar con un paño húmedo el exterior del saco, o con algún jabón que no contenga detergentes ni lejías. A continuación lo dejaremos secar y airear lo máximo posible, incluso después de cada uso, antes de guardarlo. También tendremos cuidado de no dejarlo expuesto al sol directo durante todo ese tiempo.
  • Para guardarlo una larga temporada, lo más importante es no mantenerlo dentro de su funda de compresión, como hemos dicho anteriormente, ya que esto es lo que más daña las fibras o las plumas del mismo. A ser posible, siempre que nuestra capacidad de espacio nos lo permita, lo más recomendable es guardarlo colgado en un armario o extendido debajo de la cama dentro de una funda. Como esto no siempre es posible, podemos guardarlo en una bolsa de algodón o funda de almohada, cuanto más grande mejor. Y, como hemos repetido varias veces, siempre completamente seco y lo más limpio posible. Muchos fabricantes proporcionan, además de la funda de compresión, una funda grande de rejilla en la que guardar el saco mientras no lo estemos usando.

Bolsa de guardado (izda.) y funda compresión (dcha.) de una saco de dormir

Cómo preparar una mochila para la montaña

¿Qué material debemos llevar en nuestra mochila cuando nos preparamos para una salida a la montaña? Es una pregunta recurrente siempre que nos estamos preparando para alcanzar alguna cima de montaña o para una simple ruta de senderismo. ¿Se nos olvida algo importante? o ¿somos demasiados precavidos al llevar tanto material encima?

Es una pregunta difícil de responder, y que la propia experiencia nos hará que con el tiempo nuestra mochila vaya lo más optimizada posible ante cualquier salida. Desde aquí pretendemos dar algunos consejos y hacer una lista de material que os ayude a no olvidar nada importante dependiendo del tipo de actividad que vayáis a realizar y de la duración de la misma.

Montañero con mochila cargada de material

Mochila cargada

Lo primero que nos modificará completamente el contenido de nuestra mochila será el número de días que la vayamos a utilizar en nuestra salida, pues no será lo mismo una salida de unas horas que dos o tres días sin pasar por casa. El tema de las grandes expediciones lo dejaremos para otro artículo. También dependerá de si pasamos la noche en tiendas de campaña o refugios, y si debemos de cocinar o comeremos de la comida de un refugio guardado de montaña. Y, por último, variará según el tipo de actividad que realicemos, ya sea senderismo, montañismo o alpinismo, con o sin probabilidad de nieve.

Como son muchas las combinaciones que se nos pueden presentar, lo que vamos a hacer es presentar diferentes apartados con material clasificado en base a diferentes criterios, por lo que iremos eligiendo aquellos que más nos interesen para nuestra actividad. Veréis mucho material que no siempre es obligatorio llevar. La idea es que tengáis una lista con todo aquello que podéis necesitar y que repaséis antes de cada salida. Será vuestro sentido común y vuestra experiencia la que os ayude a minimizar el contenido de vuestra mochila sin dejar atrás nada de verdadera importancia.

A la hora de elegir nuestro material debemos tener en mente que nosotros somos los que vamos a cargar con la mochila en nuestras espaldas, por lo que cada gramo de peso que llevamos es importante.

 

Elegir la mochila y distribuir su contenido

Antes de comenzar a listar material para llenar nuestra mochila, vamos a dar una serie de consejos sobre sus características y cómo distribuir el material en ella.

Es muy importante elegir una mochila con un mínimo exigible de calidad. Un buen diseño de los tirantes, del cinturón y de la espaldera harán que su adaptación a nuestra espalda y cintura sea mejor, y que, por tanto, nuestro cuerpo sufra mucho menos al cargar con todo el peso. Para ello, lo mejor es colgarnos la mochila con suficiente peso, ajustar las correas y probar que nos sintamos cómodos con ellas. Sobra decir que, a mayor capacidad y volumen de la mochila, más importantes son los factores que acabamos de comentar. Para mochilas muy pequeñas, sin embargo, estas características son más prescindibles, pues están pensadas para cargar poco peso y, por tanto, no están bien diseñadas para una buena transferencia del peso de la mochila a nuestras caderas. Aunque está fuera del contenido de este artículo, un correcto ajuste de la mochila es más que necesario para sacar sus máximas prestaciones: una excelente mochila ajustada incorrectamente será mucho más perjudicial que una mochila mala ajustada de manera correcta.

Según la cantidad de material a transportar, tendremos que elegir una mochila con más o menos capacidad. Esta capacidad viene expresada en litros, y podríamos utilizar la siguiente clasificación:

  • De 18 a 30 litros: Para actividades de un solo día con poco material necesario.
  • De 30 a 40 litros: Para actividades de un solo día con utilización de bastante material como alpinismo o escalada.
  • De más de 40 litros: Para actividades de varios días y con gran carga de material.

Los pequeños detalles harán que nuestra mochila suba de precio y sea mucho más versátil y más cómoda durante su utilización. Por ejemplo, una cremallera que la abra completa y frontalmente, bolsillos laterales, dos porta-piolets, porta-casco, cubremochilas, etc.

Tendremos la precaución de colocar en la parte inferior el material más ligero y que menos vayamos a utilizar durante la marcha (por ejemplo saco de dormir, ropa de muda…), pegado a la espalda y en la parte superior lo más pesado, en la parte superior  lo más utilizado (por ejemplo bidón de agua, guantes…), en la seta y bolsillos los objetos más pequeños (como botiquín, gps, mapas, documentación..). Lo más importante es que la carga esté bien distribuida en la mochila. Será interesante almacenar las cosas en bolsas de plástico transparentes para tenerlas más organizadas, aisladas y visibles sin tener que abrirlas.

 

Material textil común a cualquier actividad

 

Material técnico común a cualquier actividad

  • Gafas de sol.
  • Protector solar.
  • Protector labial.
  • Bastones de travesía.
  • Bidón de agua con funda térmica 1,5 litros.
  • Camelbag (si no hay bajas temperaturas como para que se congele el agua en el tubo).
  • Termo de 1 litro.
  • Navaja multiusos.
  • Comida y bebida.
  • GPS y pilas.
  • Mapa.
  • Brújula.
  • Móvil con batería cargada.
  • Silbato.
  • Frontal.
  • Papel higiénico o pañuelos.
  • Botiquín (ver artículo Cómo preparar un botiquín para la montaña) – Muy Importante.
  • Documentación personal y tarjeta federativa (si se posee).
  • Cámara de fotos y baterías.
  • Bolsa de plástico (para ropa sucia, objetos húmedos o basura).

 

Material para pernoctar

 

Material para el avituallamiento

  • Hornillo.
  • Bombona de gas.
  • Mechero anti-viento, cerillas impermeables o pedernal.
  • Vaso.
  • Cazuelo hondo.
  • Cubiertos.
  • Termo 1 litro.
  • Bolsa de sales minerales o te (para mineralizar agua de nieve).
  • Pastillas potabilizadoras de agua.

 

Material para montañismo con nieve

  • Polainas.
  • Crampones y/o raquetas (ver artículo Cómo elegir los crampones).
  • Piolets.
  • Casco.
  • Gafas de ventisca.
  • ARVA (instrumento de detección en aludes).

 

Material para alpinismo (encordarse)

  • Arnés.
  • Cuerda.
  • Mosquetones con seguro.
  • Cordinos.

 

Material para escalada deportiva

  • Pies de gato.
  • Arnés.
  • Cuerda.
  • Asegurador.
  • Casco.
  • Baga de anclaje.
  • Cintas express.
  • Maillones.
  • Bolsa de magnesio.
Fuente:http://www.aristasur.com/

¿Cómo elegir tus pies de gato?

Han pasado ya 65 años desde que Pierre Allain se lanzara a comercializar los primeros pies de gato. Muchos escaladores de la época -acostumbrados a las alpargatas- los miraron con recelo en un primer momento pero poco a poco se han convertido en herramienta más que imprescindible para trepar por las paredes. Su oferta en la actualidad, como en casi todos los productos del sector,  amplia y cada vez más específica. Esto significa que debemos saber qué tipo de escalador somos –o queremos ser- a la hora de elegir el modelo que más nos convenga.En un primer momento la distinción es clara: para los nóveles lo mejor será un gato cómodo y polivalente, pero con una buena suela, no cómo ésos que vende un gran establecimiento francés por 35 euros; los experimentados seguramente ya sabréis en qué tipo de escalada os queréis especializar así que el abanico se amplía… En tiendas como Campz puedes encontrar el modelo que se ajuste a tus necesidades.La primera caracterización que podemos hacer de los pies de gato depende de su forma: los simétricos y los asimétricos. Los primeros, con la puntera y el talón alineados, son más confortables y están pensados para aquellos que los van a llevar puestos durante un tiempo prologando, por ello son los ideales para los escaladores de vías de varios largos. Son denominados bailarinas.

Los asimétricos, gracias a su construcción con la puntera hacia dentro, son más precisos y permiten apoyar tu peso en puntos más difíciles. Obviamente su contraprestación es la incomodidad por lo que están diseñados para escaladores de escalada deportiva de dificultad. A los escaladores de fisura, os recomendamos además que tengan una horma rígida, que mitigue el dolor en los empotramientos y facilite el canteo, y con protección especial en la puntera y el lateral.

Con esta información en la cabeza no podemos olvidarnos de probar los diferentes modelos. Así podremos verificar la talla (atentos porque no tenemos los dos pies iguales) así como el ajuste y la sensibilidad que nos aportan –no hay que sentir dolor- así como el agarre de su suela.

¿Cómo cuidar tus pies de gato?

Después de varios usos, los pies de gatos van perdiendo poco a poco las cualidades que tenían el primer día, lo que nos lleva a achacarles problemas de fabricación, materiales defectuosos, etc. cuando caemos o no nos dan las prestaciones que deberían tener.Para aumentar la durabilidad en óptimas condiciones de los pies de gatos en importante seguir una serie de consejos que nos ahorraran unos cuantos quebraderos de cabeza, gastos innecesarios, perder el olfato…- Transportar los gatos en la parte superior de la móchila para que no se aplasten. – Ponernos los gatos con cuidado, evitando que salgan arrugas en la lengueta, los cordones, etc., ya que no sólo nos hará daño en el pie, sino que puede llegar a deformar el calzado. – Si llevamos los gatos muy apretados y nos molestan, es mejor quitárnoslos y que colgarlos de un mosquetón mientras bajamos una vez acabamos la vía, en lugar de llevarlos cual chancleta. – Cuando estás a píe de vía y no escalando, quítate los gatos y ponlos en un lugar protegido del Sol. – La suela de los gatos debe estar completamente limpia, tanto al guardarlos como al empezar a escalar la vía. Cuando vayamos a guardarlos, debemos dejarlos bien limpios usando un cepillo de cedras duras y un trapo húmedo. – Cuando acabemos de usarlos, es mejor dejar que el gatos se seque al aire (no meterlos directamente en la mochila o guardarlos en un lugar cerrado). – Si le pasamos un cepillo de cedras metálicas finas mejorará la adherencia (pero ojo con lijarlos demasiado ya que acabaremos con el espesor de la goma). – El interior de los gatos podemos lavarlo con agua fría y un poco de jabón neutro, pero con mucho cuidado. Hay gente que los lavan en un barreño, dejándolos en remojo un rato y aclarándolos para secarlos en la sombra (los gatos de piel natural se quedan un poco duros por el agua). – Cuando no los usamos se pueden rellenar con papel de periódico (mantiene la forma y quita algo de olor), hormas, etc., evitando las arrugas. – Cambiar la suela antes que esté totalmente desgastada, así se evita dañar la banda de la puntera. – Si es posible, ten un par de gatos, unos para el roco, vías fáciles o calentar, y otro más nuevo y de mejor calidad paralas vías más duras.

Estos son sólo unos ejemplos para alargar y mejorar la vida de nuestros gatos, pero en resumen, cuanto mejor trato les demos, más duración en estado óptimo tienen, lo que supone un ahorro y comodidad a largo plazo.

 

 

 

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